¡Arriba los corazones!

"Sed tengo", "Sitio" en latín, es una de las siete palabra de Jesús en la Cruz. Es Su disponibilidad que convoca a la nuestra, invitándonos al “sacrificio de la alegría”: a “hacer de tripas corazón”, para mirarlo a Él.

¡Arriba los corazones! es una frase de aliento que nos remite al "Elevemos el corazón" de la Misa, que nos dispone para el sacrificio, dejando que Él nos dirija.

viernes, marzo 02, 2007

Como pompas de jabón...

Hoy tuve suerte y encontré en un espacio de divulgación científica por televisión, habitualmente tedioso, un tema muy elevado y bien tratado, que me cautivó. Era un documental sobre el "Teorema de Conectividad Total" de J.S. Bell y de lo que significa la incertidumbre en Física: un mundo que pone en primer plano el concepto de Información.

Me vino a la memoria un evento de IBM para periodistas, al que asistí como secretaria hacia agosto de 1969 (relacionado con el estreno de la película Odisea del Espacio). En la mañana, el Ing. Sigfrido Lichtenthal, experto argentino en tecnologías de punta, generoso y excelente divulgador, que trabajaba en la sede latinoamericana de IBM, entonces en Montevideo, habló de cierto reciente trabajo científico, que la explicación de la TV me recordó, que "conectaba" la teoría de la relatividad de Einstein, que muestra una continuidad entre la energía y la materia, con la teoría de la Información, que demuestra la misma continuidad entre la Información y la Energía, de modo que "la Información" viene a ser el primer estado de las cosas.  Bell creo que no tiene nada que ver, y más bien creo probable que se refiriera a los trabajos de otro empleado de IBM, Rolf Landauer, que no mencionó.

Y recuerdo que en la sobremesa del almuerzo, que se había convertido en muy filosófica, me atreví a decir lo que pensaba: "Me parece que todo esto tiene que ver con el comienzo del Evangelio de Juan: En el principio era el Verbo...".

Todos me miraron con cierta sorpresa, y sin comentarios. En la expresión de Lichtenthal se leía un "quién sabe". Pero Ricardo Katzenstein, el periodista que representaba a Noticias del Vaticano, luego me invitó a asistir a los círculos de Esther de Cáceres. Dejé pasar el momento, y pronto fue tarde, porque esta gran animadora cultural murió al año siguiente.

Esther de Cáceres y su círculo fueron protagonistas de una veta católica de la intelectualidad uruguaya que ha tenido una decisiva influencia en nuestro medio; que alcanza incluso, me atrevería a decir, al campo de la Psiquiatría,

Pienso que, sin yo saberlo, había recibido de ellos ciertas claves de unidad en nuestro ambiente que me ayudaban a razonar de ese modo trascendente. La influencia de Jacques Maritain era patente. Y yo me había acostumbrado a desear su suerte y la de su esposa Raissa: la de una fe esclarecida. Conocía su experiencia sólo por las páginas culturales de los diarios de la época, pero tenía clarísima la noción de que ellos encontraban en la Iglesia la respuesta a todos los interrogantes vitales. Y a veces se me encendía esa luz como un rayo, como una formidable "pompa de jabón".

La poesía de Antonio Machado, que Joan Manuel Serrat popularizó, describe genialmente esos mundos "sutiles, ingrávidos y gentiles, como pompas de jabón", que desaparecen pero dejan rastro. Nos marcan el camino.

El principio de incertidumbre de la física moderna utiliza casi los mismos términos. Así lo explicaron hoy en la televisión, y no puedo dejar de sentir que se refieren al mismo hecho. Este artículo explica algo de esto. Por supuesto que, me siento feliz del privilegio de saberlo, la Iglesia es la que tiene la última palabra, y la que puede llegar más lejos en el análisis. Al fin y al cabo, esas ingravideces son chispazos de información que quedan flotando. Y en la memoria, entra a jugar la libertad. Cuando aprendamos a distinguir la información primordial, comprenderemos que no de otro material está hecho el tesoro de la Iglesia.


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