¡Arriba los corazones!

"Sed tengo", "Sitio" en latín, es una de las siete palabra de Jesús en la Cruz. Es Su disponibilidad que convoca a la nuestra, invitándonos al “sacrificio de la alegría”: a “hacer de tripas corazón”, para mirarlo a Él.

¡Arriba los corazones! es una frase de aliento que nos remite al "Elevemos el corazón" de la Misa, que nos dispone para el sacrificio, dejando que Él nos dirija.

sábado, septiembre 22, 2012


Tomado de "Desde el Verdún", el blog de

Mons. Jaime Fuentes, Obispo de Minas:


POLONIA Y SU ALMA
 



            Roma, Jueves 20 de marzo. Ayer, por lo que leo en la prensa, terrible temporal en Uruguay. Aquí, una lluvia mansa que en cierta medida ha limpiado el smog. Dentro de cinco días estaré en Minas y preveo poco tiempo para escribir: aprovechemos esta noche romana.
 

             Polonia. Empecé y terminé el viaje llegando al corazón de los polacos: en el Santuario de Czestokowa, al día siguiente de llegar a Varsovia (430 kilómetros ida y vuelta) y, en la última jornada, celebrando la Misa en la parroquia donde predicaba el P. Jerzy Popielusko, secuestrado, torturado y asesinado por los comunistas en 1984 y beatificado en 2010. Tenía 37 años. Dio la vida por su fe en Dios y por la libertad de su patria. Después de su muerte, el pueblo polaco ya no tuvo miedo -así me lo explicaba el párroco, mientras me enseñaba el museo del P. Popieluszko- y salió a la calle. Fue el principio del fin del totalitarismo soviético.
 

            El alma de los polacos es católica. Fluye la fe con completa naturalidad: participan piadosamente en la Misa; rezan el Rosario de a miles; hacen largas colas para confesarse; piden la bendición del sacerdote… En casi todas las iglesias está expuesto el Santísimo y hay gente adorando la Eucaristía. En los campos, (el P. Stefan y yo hicimos 1.800 kilómetros en cinco días, internándonos en la “Polonia profunda”), a derecha e izquierda de las carreteras, incontables cruces adornadas e imágenes de la Virgen son llamadores de la presencia de Dios.
 

            El Papa Juan Pablo II está en todas las partes de su patria. En 9 viajes visitó sus más de 40 Diócesis. Hay monumentos y cuadros por doquier, y plazas y calles llevan su nombre: no es para menos. Recuerdo lo que declaró Gorbachov, una vez terminado el comunismo: “lo que ha pasado habría sido imposible sin contar con él”.
            Corto aquí: es tarde y hay que descansar.    
 
En el albergue de Czestokowa, monumento a los padres de Juan Pablo II.

 
La bandera uruguaya, en la entrada del Santuario.   
 
Termina una Misa y empieza otra...

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